Nos quisieron vender humo: Primer equipo serio en el camino y tuvimos que armar valijas para volver a casa

Alemania otra vez fue el verdugo de los argentinos sin brillar, aunque sacando provecho de todas las falencias que tenemos como equipo. Los europeos pasaron a las semifinales por los goles de Mueller, Klose (2) y Friedrick, que armaron otra goleada en favor del tercer semifinalista del campeonato del Mundo. No hay que dramatizar aunque el fútbol argentino debe barajar y dar de nuevo en todos sus estamentos, para aspirar a hacer las cosas como se deben de cara al futuro, si pretendemos ser serios verdaderamente.

Por FABIO MARIO TALARICO | 03/07/2010 | 12:37


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Desilución. Alemnia esta vez no necesitó de los penales porque nos ganó con claridad y facilidad. Nos sopapeó y nos puso en sitio con los argumentos que tienen y que salen a cumplir. Orden, simplicidad, aplomo y contundencia. A pensar en otra cosa.

Todo se hizo complicado desde el vamos porque todavía no había aparecido el trabajo de equipo que pregonabamos para esta etapa, y se dio lo que temíamos. Recibir un gol de entrada. El cabezazo en anticipo de Mueller sobre Ottamendi (muy perdido jugando de lateral derecho) batió la resistencia de Romero y decretó en 1-0 para los alemanes en el inicio. Sólo se jugaban 3'. Un verdadero problema.

Después, se presentó el lógico inconveniente de los escalonamientos defensivos. Argentino no juega bien en el bloque defensivo y los alemanes tuvieron las chances más claras del partido. Si hubiesen sido precisos pudieron haber liquidado la historia en los primeros 45'.

Por suerte no se dio y Argentina siguió con vida en el partido. Hasta ese momento la suerte nos ayudó un poco porque no se jugaba bien. Alemania, muy tranquila, retorcedió líneas y le dio la inciativa al conjunto nacional y el volumen del ataque creció.

Quizás, no por buen juego sino por los arrestos individuales con los que contamos. Alemania mostró que no es invulnerable aunque no tuvimos tranquiladad. Lo bueno desde lo táctico del lado del equipo de Maradona fue haberle mandado a Dimaría sobre Boateng, cambiando de sector porque la lucha del hombre argentino en el inicio del partido era sobre la derecha contra Lahm. Mucho más sólido en todos los aspectos que Boateng.

El equipo nacional mostró mucho de lo que temíamos en el primer tiempo y encima, de cara al complemento, tenía que arriesgar más. Este equipo no está trabajado y eso generó dudas. Si bien todo podía pasar, los contragolpes alemanes oteaban en el horizontes como peligrosos y se animaban a ejecutarlos y mejoraban la precisión.

Alemania, era el primer duro escollo de este Mundial y nos fuimos por primera vez en el Torneo 0-1 al descanso. Claro que al momento de pensar esto, sabiendo de lo complicado, automáticamente pensamos en el partido de Holanda-Brasil. Es decir, en fútbol todo puede pasar hasta que el árbitro no pite el final.

Argentina fue a buscar el empate y no logró tener jugadas claras para eso. Alemania, con problemas para cubrir la habilidad de los nuestros, no tuvo mayores sobresaltos en la primera parte. Las aproximaciones de peligro más destacadas fueron de los Alemanes que, regulando, sacaron ventajas en el marcador.

Alemania llevó el segundo tiempo a zona de riesgo porque no se mostró bien en los pases y encima se metió muy atrás. Argentina se aproximó mucho a zona de tiro pero no pudo sacar provecho de esa situación mientras los riesgos en la defensiva crecían. Lo de Ottamendi, a quien no habrá que caerle encima por esta derrota ya que el entrenador es quien toma las decisiones, se presentaban como un problema serio. No por lo que hacían los alemanes sino porque se preveía.

Hasta que Alemania estiró cifras y puso el partido 2-0 sacando provecho de la zona que había alertado Samarás. Podolski ganó la cuerda y metió el centro para Klose que sólo tuvo que empujar la pelota al gol, ante un equipo totalmente desarticulado. Argentina le dio el sopapo a los pocos minutos con el gol del central Friedick y puso el 3-0. Alemania aceleró, Alemania liquidó.

El final de Argentina, fue la imagen del abatimiento y la desilusión al mezclar toda su impotencia. Perder se puede perder, aunque hacía tiempo que no se veía una selección tan perdida en un campo de juego.

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